¿Qué es un ictus Isquémico?
Un ictus isquémico es un tipo de accidente cerebro vascular. El ictus isquémico también es conocido como infarto cerebral.
Se produce por una obstrucción de una arteria. Puede ser provocado por un coágulo que se produce dentro del mismo vaso, o por un coágulo que se produce en otra zona y se desplaza por las vías hasta el cerebro.
En medicina, el término isquemia, hace referencia al estrés celular causado por la interrupción del flujo sanguíneo con su consecuente disminución de nutrientes, oxígeno y eliminación los productos resultantes del metabolismo celular.
Este sufrimiento celular del que hablamos puede ser causa suficiente para provocar la muerte de células de la zona, ya que si no cuentan con la energía y sustancias provenientes del flujo sanguíneo, se corrompe el funcionamiento normal provocando su muerte o necrosis.
¿Cómo detectar un ictus isquémico?
El ictus isquémico suele aparecer de forma repentina, y su pronta detección es de suma importancia.
Esto se debe a que tomando las medidas médicas cuanto antes se pueden llegar a frenar los daños, lo cual es de suma importancia.
Los principales síntomas que pueden alertarnos de la aparición de un ictus isquémico son:
- Perdida de movilidad y/o fuerza en uno de los lados de la cara o el cuerpo. Los síntomas en este tipo de accidentes cerebros vasculares suelen mostrarse de forma lateralizada.
- Sensación de adormecimiento o falta de sensibilidad en la cara o el brazo en uno de los lados del cuerpo.
- Dificultades para hablar o expresarse con fluidez.
- Pérdida de visión en uno de los ojos o ambos.
- Dolor de cabeza fuerte y repentino.
- Pérdidas de equilibrio, inestabilidad o incapacidad para iniciar la marcha.
Si detecta en Usted o en algún allegado alguno de estos síntomas llame cuanto antes a los servicios de emergencias.
Factores de riesgo del ictus isquémico
Cada año entre 100.000 y 120.000 personas se ven afectadas en España por ictus isquémicos. Es uno de los mayores motivos de incapacidad, o incluso muertes, en personas adultas; todo esto debido a los problemas que se generan por la muerte neuronal en el cerebro.
El ictus isquémico se asocia a múltiples factores de riesgo, entre ellos, los más comunes son:
- Estilo de vida sedentario
- Mala alimentación
- Consumo elevado de alcohol
- Consumo de drogas
- Hipertensión arterial
- Diabetes de tipo dos
- Altos niveles de colesterol en sangre
- Estar expuesto a altos niveles de estrés y ansiedad
Tener un estilo de vida saludable, así como una correcta alimentación, practicar deporte y no consumir droga puede favorecer evitar sufrir accidentes cerebro vasculares y entre ellos, ictus isquémico.
Tratamiento del ictus isquémico
El tratamiento del ictus isquémico dependerá de distintos factores, entre ellos, de los problemas que haya podido provocar. Si la detección del ictus isquémico se ha realizado con rapidez y se han tomado las medidas pertinentes, las consecuencias suelen ser menores y el tratamiento más liviano.
Si no ha pasado mucho tiempo desde que el paciente identifica la presencia de un ictus isquémico, se suelen utilizar técnicas de identificación para localizar el trombo y posteriormente, se disuelve el trombo por medio de técnicas que hacen uso de sustancias trombolíticas.
Estas sustancias trombolíticas normalmente son fármacos que sirven para romper o disolver coágulos de sangre, que son la principal causa ictus isquémicos.
Este tipo de tratamientos no tienen porque ser totalmente eficaces con ictus isquémicos graves o severos.
En este tipo de casos por medio de una intervención médica y pequeños cateters se trata de llegar a los vasos sanguíneos, generalmente a través de la ingle, para tratar de desobstruir el coagulo. Con buenos resultados, la recuperación del paciente tiene posibilidades favorables.
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